Hace poco que he vuelto a ver “Don Erre
Que Erre” (1970) de JOSE LUIS SAENZ DE HEREDIA. Si este film estuviese dirigido
por BILLY WILDER y protagonizado por
WALTER MATTHAU, la mayoria de nuestros directores de cine autóctono, esos que no se
han sentido españoles siquiera un minuto y veinte segundos de sus subvencionadas y
galardonadas vidas, situarían a “Don Erre que Erre” en lo más alto de su
estimación artística.
SAENZ DE HEREDIA, primo- hermano de JOSE
ANTONIO PRIMO DE RIVERA, director muy afín al Franquismo, y que en su haber cinematográfico figuran títulos tan sacrílegos como “Raza” (1941), o el famoso documental, “Franco ese hombre”
(1964), es un apellido difícil de deletrear dada la dislexia moral e ideológica que
padece este país. Limitación por otra parte, que no afectaba a LUIS BUÑUEL, ya
que en los primeros dias de la guerra civil, y con ayuda de un pequeño ejercito de trabajadores de los estudios de cine Roptence, arrancó de las fauces chequistas madrileñas a su joven amigo
falangista, JOSE LUIS SAENZ DE HEREDIA, salvándole de una muerte segura. Historias de reconciliación nacional en plena guerra civil, que "la memoria histórica" reciente, (dificil encontrar dos terminos mas antagónicos para darle titularidad y sentido a una ley), no es muy amiga de recordarnos.
Resulta paradójico que, sea un veterano
cineasta tan tildado de "franquista", quien nos obsequie con una
película en la que se disecciona con suma eficacia y de manera admirablemente
ligera, los entresijos de los poderes oligárquicos de la dictadura; así como
sus sutiles y arteras artimañas, frente a las cuales, el indefenso ciudadano de
a pie, (PACO MARTINEZ SORIA), tan sólo puede hacerlas frente empoderandose de
una voluntad ética, cual Quijote cabezón con la vena de la lúcida locura hinchada, a prueba de bombas. El sufrido ciudadano de a pie, obligado a lidiar con estructuras siempre ventajosas para el estado. ¡Y todo por 257
pesetas del año 70! Pero oiga, cuando la dignidad del individuo está en juego, es una cantidad
muy considerable.
A mi juicio, película totalmente actual,
con la diferencia de que debido a la laxitud moral imperante, y a estos valores contemporáneos tan desdibujados, dudo que abunden - sin afirmar que no existan - los “Don Erres que Erres” dispuestos a combatir sin freno los abusos cotidianos que ejerce sobre las pequeñas y decentes economías reales, el contubernio político - financiero del régimen actual, pues contra FRANCO todo parecía más
factible, o simplemente existía otra disposición ética. ¡Y así nos luce el pelo!
Junto a “Historias de la Radio” (1955),
absoluta obra maestra del cine español, es una de las más destacables cintas
del director, y también de su principal protagonista, el inefable PACO MARTINEZ
SORIA. Un guión bien armado. Una puesta en escena sobria y
eficaz, delineada con trazo firme, al servicio de la historia, y un elenco de actores, como era costumbre
en aquellos años, en perpetuo estado de gracia, convierten al film en un
obligado descubrimiento.
Sirva de reflexión el monólogo final del
infravalorado, como tantos galanes cinematográficos, PEPE RUBIO:
“ Al final David venció a Goliat, o más
bien... Un Goliat venció a otro Goliat valiéndose de la fuerza de David”
Siempre, un grande se valdrá de la fuerza
de un pequeño para derrotar a otro grande. ¿Cuál es la verdadera dimensión de
un autentico gigante? Como diría JULIO IGLESIAS: "La vida sigue igual"